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Recordar es vivir, pero en esta ocasión rememorar fue vivir, llorar y extasiarnos de alegría. GOD SAVE THE QUEEN, le cumplió a Bogotá


Fotografía y redacción: Zulma Palacios

El pasado 13 de marzo, el público capitalino, fue testigo de algo que desde que nos familiarizamos con la música quisimos y añoramos presenciar en vivo y en directo. Y no es para menos pues buscar en internet shows de Queen para disfrutar, conocer o simplemente cantar a grito herido era algo que nos ponía la piel de gallina, sobre todo por estos días con el auge de conciertos a flote, donde la frase más común era “ojalá los hubiera podido ver en vivo”

Pues bien, en esta ocasión un grupo de argentinos llamados “God Save The Queen” se dieron a la tarea de visitar la capital de Colombia y cumplirnos ese sueño, sueño que fue tan impactante que la piel no solo se nos erizo, sino que las lágrimas, gritos de felicidad, coros, fiesta y aplausos fueron algunas acciones con las cuales les dijimos ¡gracias!

Gracias, por ponerse la camiseta desde hace más de 20 años, gracias por tomarse el trabajo de estudiar a Queen completamente, por revivir el sueño de muchos rockeros de poder ver a Freddie Mercury en vivo haciendo de las suyas en el escenario y con el público.

Sobre las 8:00pm las puertas del Teatro Astor Plaza, estaban completamente llenas de gente a la espera de poder reencontrarse con su adolescencia y sacarse la espinita de poder cantar junto a Queen tantas y tantas canciones y baladas que nos sirvieron de camino para conocer muchas otras bandas y enamorarnos de la música.

La ansiedad se apoderaba de todos, pues a lo lejos se podía escuchar como los ensayos de voz y preparación del show nos decían que estábamos a minutos de disfrutar de algo realmente hermoso. Cuando vimos a Pablo en el escenario, fue transportarnos directamente a todo ese material que buscábamos en internet muchas veces y que hoy estos argentinos nos lo hacían realidad.

Los gestos, las poses, el vestuario y el manejo del escenario y público eran algo tan mágico que simplemente podíamos decir, ¡wow! Comenzando con las baladas más representativas, este cuarteto nos hacia poner la piel de gallina con todos los detalles que minuto a minuto nos iban develando. Los cambios de vestuario, la moneda símbolo característico de Brian May, la relación entre piano y canciones que tenía Freddy, era algo asombroso.

El show avanzaba con una carga de emociones donde ninguno de los presentes lográbamos disimular la alegría y el corazón hinchado de emoción. De pronto el tributo entraría en lo que creería yo, seria la parte más explosiva de la noche, pues cuando escuchamos los acordes de ‘bycicle’ el público entero grito de emoción y comenzaron a transmitir una fiesta de rock and roll completa.

Uno a uno los clásicos de Queen se iban escuchando y el escenario del Astor Plaza, recogía y guardaba los pasos de lo que fue la reunión de tantos y tantos shows que Queen logró dar en vida con éxito total.

Esa noche el éxito no era menor al del pasado, pues el sold out del teatro, la alegría de los asistentes y la impecable presentación de God Save The Queen hacían que todo en el recinto fuera de los años 70´s, incluso se convirtiera por instantes en el Live Aid 1985.

El show entraría en una pausa donde tuvimos la oportunidad de disfrutar de un solo de guitarra al mejor estilo de Brian May en manos de Dani, guitarrista del tributo argentino, luego de este hermoso acto escucharíamos a lo lejos como iniciaba ‘I want to break free’. Esta parte de la noche, querido lector, esta pequeña parte dividió la función en un antes y un después. Si desde que el show comenzó con la perfección y respeto que cada uno de los artistas manejaba en el escenario, ver esta canción junto al video oficial fue algo que dejó sin aliento a los asistentes.

La peluca, el vestuario, los movimientos y la sincronía que se encontraba entre ellos era algo que yo como asistente periodístico no creía que estuvieran viendo mis ojos.

Luego de este torbellino de emociones, ¿¡el show terminaría!?… pues no, apenas comenzaba ya que luego de esto, Pablo saldría con el vestuario de la reina, característico de Freddy en sus conciertos y acá, les puedo asegurar que aquellos que se lograron mantener sentados fueron muy pocos, el teatro estaba a tope, todos y cada uno de nosotros cantábamos con ellos, coreábamos, aplaudíamos y celebramos una puesta en escena espectacular y profesional.

Ahora sí, el show ha terminado, el telón ha caído y con una venía para el público y con el mayor respeto, God Save The Queen le cumplió a Bogotá, nos dejo los corazones llenos de alegría, de amor y con una sonrisa de oreja a oreja. Definitivamente, si no logró ver el show en Bogotá ni en Medellín, búsquelos, persígalos y hágase el favor de cumplirse el sueño de ver a Queen encarnado en estos argentinos que bajo el respeto y profesionalismo le cumplen a cada uno de los fans que Queen tiene en el mundo.