Texto: Joel Cruz.
Fotografía: Cristian David García
La teatralidad de Andy Biersack y su agrupación dejó huella sobre las tablas del Teatro Astor Plaza. Black Veil Brides en Bogotá se hizo verbo y carne en un acontecimiento que apadrinó muy bien a los hijos de la era digital (y la virulenta plataforma de Ares). La máquina del tiempo se hizo concierto y el concierto euforia; algo para nada extraño, pues muchos fanáticos estaban frente a una banda que les definió la adolescencia.
Al principio, todo era oscuridad. Se puede decir que la estela dejada por la banda norteamericana cubre a un público diverso, lo que se pudo notar mientras la fila para el ingreso corría y los minutos volaban. De puertas hacia adentro, las instalaciones del recinto prometían con cierto misterio que la espera iba a cesar pronto: Darkness, guías locales en este viaje, se contactaron muy bien con una generación que no los conoció en sus primeras etapas. Sin embargo, los anfitriones rápidamente hicieron click con un set de canciones que transita sin problema entre sus memorias de una Atenas suramericana (en ruinas y turbulenta), junto a fenómenos más actuales (¿les suena el término pandemia?). De paso, Darkness aprovechó la invitación como acto de apertura para enseñar algo de su placa 2023, Inhumanidad. Pasado y presente juntos (pero no revuelto), para quienes crecimos con el caos de la Avenida Caracas, Monserrate y el metal de la capital colombiana.
El velo desnudó a la nostalgia y las cartas se pusieron sobre la mesa. Mientras el azul marino de la iluminación aumentaba y el intro misterioso subía el volumen, una generación criada ansiosamente por lo alternativo esperaba el símbolo que marcó su entrada a las extravagancias de los ojos ensombrecidos, cuando apenas este milenio asomaba sus primeras luces.
Al unísono, el fuerte coro de la gente pedía a Black Veil Brides y con ello, reclamaba su derecho a la inmortalidad, la inmortalidad que por derecho le pertenece al ímpetu de un alma juvenil, una imposible de marchitar.
La música comenzó y Crimson Skies le dio inicio al sendero señalado. Los gritos se mezclaron con los cantos y desde el primer minuto, los fans guardaron la experiencia para transformarla en un buen recuerdo, como el de Karin Cruz, que asistió al evento durante la pasada noche del 19 de marzo:
Para quienes fuimos adolescentes en las décadas del 2000 y del 2010, recordamos con cierta añoranza a las bandas icónicas del metalcore, del hardcore y del post-hardcore que nos influenciaron. Solíamos vestir de cuero, con accesorios de metal y algunos quizás usábamos un fleco hacia un lado. Entramos en la música fuerte gracias a bandas que nos encaminaron al sonido extremo y una de ellas fue Black Veil Brides.
Fuertemente influenciados por el glam y el hard rock de la Sunset Strip de los años 80, no sólo nos ofrecían una imagen alternativa, sino también un hondo significado para quienes en el ámbito escolar vivimos de cerca el matoneo y al tiempo, delirábamos con letras románticas, acordes a una época que, lejos de ser tranquila, nos recordaba lo duro que es crecer y tomar tu propio camino.
Ahora, haciendo gala de una imagen mucho más sobria que la de aquellos mediados de 2000, los BVB vinieron a Colombia, con su mejor playlist de temas para transportarnos a la más «fresca rebeldía».
Iniciaron con Crimson Skies, canción del 2021 que usaron para darnos la bienvenida al concierto enérgico, donde querían dar a conocer todo su potencial, sus nuevas líricas y sonidos, finalizando con In The End, emblema e himno de toda su trayectoria. Así mismo, pasaron por Knives And Pens, Perfect Weapon, y Rebel Love Song temas especiales para quienes con devoción escuchábamos la voz de Andy Biersack en nuestros jóvenes años, y quien nos ofreció una interpretación impecable, también un interludio divertidísimo por CC (Christian Coma), quien no solo nos divirtió con su performance asombroso en la batería, sino que también imprimió energía para seguir con The Legacy, la cual sería en sus años dorados, una de las canciones pilares con los que la banda se daría a conocer.
Deseamos que regresen pronto, ya que aún tiene bastante por ofrecer. ¡Eternamente agradecida con su presencia!
Al final, los fans salieron como devotos que protegen su fe en el rock ante la polución del mundo exterior y mediante el horizonte de un nuevo episodio en sus vidas. A pocos metros de Lourdes, templo católico y emblema cultural de Chapinero, las Novias del Velo Negro se confinaron una vez más en su silencio, mientras la voz de la anécdota fluía por su grata visita.