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RIVERSIDE conmocionó a los bogotanos con su virtuosismo y carisma

Redacción: Zulma Palacios
Fotografía: Alejandro Méndez

El pasado 21 de marzo, Bogotá se vestía de luz, ansiedad, caos vehicular y sobre todo de lluvia.  Esta última característica principal de la capital, amada por muchos odiada por otros, el caos vehicular lo encontrábamos porque además de la lluvia, Bogotá se preparaba para recibir por primera vez en el corazón de los eventos de la ciudad (Parque Simón Bolívar) el Estéreo Picnic.

Lo que hizo que algunas vías se cerraran y otras tantas se congestionaran, tal cual como es lo habitual cuando tenemos un evento de gran magnitud.

Siendo indiferentes a lo que pasaría por 4 días seguidos al otro lado de la ciudad, la noche se vestía de virtuosismo, alegría a otro estilo, ansiedad, camaradería y una espera por recargar nuestros oídos de maestría musical.
Sobre las 7:30pm la banda mexicana Obesity, salió al escenario de Call13 Bar para preparar al público y entregarnos algo de todo el poderío instrumental, traído directamente de la tierra azteca.

La sincronía que veíamos en el escenario entre instrumentos y luces, era algo de admirar, para estos chicos nada se salía de su curso. Saludaban al público colombiano y le agradecían por la recepción tan atenta y positiva que les estábamos entregando. Presentando a su equipo de trabajo, con unas sonrisas de oreja a oreja cargadas de agradecimiento y sobre todo profesionalismo, estos mexicanos fueron los encargados de calentar los motores para una cita maravillosa.

Obesity, México

A las 8:30pm el escenario se tornó oscuro, con misterio e intriga, y al fondo los acordes de ‘Addicted’ nos anunciaban que Riverside, llegaba al escenario. Aplausos, ovación y una alegría inmensa se apoderó de los bogotanos durante poco más de una hora. Donde fuimos testigos de un excelente repertorio musical de estos polacos.

¿La excusa? Su nuevo trabajo titulado «ID Entity». Sonidos más allá de lo normal, acordes que te transportaban dentro de un metal y un rock muy bien conservados, una estética musical impecable dejaba entre ver la camaradería que existía dentro del estudio de grabación, la banda y como todo esto creaba una amalgama perfectamente transmitida al público.

Riverside, fotografía. Alejandro Méndez

El viaje sonoro por el que nos transportaron minuto a minuto estos polacos era sin duda algo que sabemos que tanto usted querido lector como yo, se quedara en la mente de todos los asistentes por mucho tiempo. Ellos, su carisma, sentido del humor y amistad con el público eran la combinación perfecta para todo el recorrido que canción tras canción nos hacían vivir.

El juego de luces tal cual como con Obesity fue el detalle de fina coquetería para una noche impecable, llena de cambios, riffs, solos que hacían que uno quisiera más y más. Gran potencia en los teclados y ni que hablar de la batería, se volvían la excusa completa para haber esperado con paciencia una banda tan virtuosa y destacada como Riverside. De pronto Mariusz y su buen sentido del humor hicieron que entre risas y anécdotas nos fueran contando detalles sobre su nuevo trabajo, sin embargo, como buena banda siempre es bueno saber que dar a conocer un nuevo álbum es bueno, pero complacer al público y recordar algo de lo viejo siempre será un detalle muy elegante y bien recibido por todos.

Michał Łapaj, teclados. Riverside, fotografía. Alejandro Méndez
Mariusz Duda, vocalista y bajista. Riverside, fotografía. Alejandro Méndez

Por momentos, las sonrisas de Michał, combinadas con su excelente dominio del teclado y toda su buena energía, eran esa luz de alegría constancia y perfecta musicalidad que se prestaba para elevar al público a su punto máximo.

De pronto un maravilloso viaje entre: ‘Left Out’, ‘Egoist Hedonist’ y’ Friend or Foe’ nos mostraba la magia que cada uno tenía en su instrumento, el dominio tan increíble de los teclados, la guitarra, la pausa de una voz perfecta junto al bajo y una batería que llenaba de armonía el recinto, fueron un “journey amazing” que nos desconectaba del mundo, del tiempo, del reloj, pero que a lo lejos nos anunciaba que esta sensación de ritmos, musicalidad y camaradería estaba llegando a su final.

Pues bien, esta historia terminó, pero… ¿Tendremos segunda parte? No lo sabemos, lo que sí sabemos es que todos los que estuvimos presentes en este intimo encuentro quedamos con ganas de más, con ganas de más virtuosismo y profesionalismo. Con unas sonrisas encantadoras, palabras de agradecimiento, alegría, y sobre todo con una hermosa selfie, Riverside se despidió de Bogotá y nos dejó muy en claro lo encantados que quedaron con lo poco que conocieron de nuestro país.

Riverside, fotografía. Alejandro Méndez