Fotografía: Cristian García
Redacción: Zulma Palacios
El pasado 16 de abril, Bogotá se vistió de gala para recibir a dos bandas que tras sus líneas musicales se han encargado de llevar el black metal a su punto más alto de la historia.
Sobre las 7:30pm de la noche, el escenario del Royal Center sería el protagonista de una reunión cargada de riffs, oscuridad y excelencia musical. Esta franja horaria nos avisaría que la tan anhelada noche de black metal por fin haría su parada frente a nuestros ojos. ‘Stormcrow’ seria la encargada de llenar de luces el escenario y de estallar las voces del público.
Un caos de ritmos hipnóticos, acompañados de una batería y voces totalmente brutales nos decían que esta, era la gran noche.
Necrophobic, es una banda que sabe mezclar perfectamente su perfomance con el público y aquella noche nos mostró no solo su calidad musical sino de lo que una amalgama de riffs y tiempos podían hacer en cada uno de los fans.
Canciones como: ‘Stars’, ‘Grace’, o ‘Darkside’, nos envolvían en una atmosfera rítmica y cronológica con la que poco a poco el público conectaba hasta ser uno solo en el recinto. Esto quedo claro cuando ‘Revelation 666’ saldría al escenario y entre los coros y la melodía de la canción, la calidad y profesionalismo se hacían presentes. Riffs imponentes, velocidad y energía fueron el empalme perfecto para lo que haría que la noche continuará cargada de musicalidad y profesionalismo.
Necrophobic, fotografías: Cristian García
El cumplimiento de los organizadores del festival fue impecable pero al mismo tiempo culpable, culpable de que minuto a minuto la ansiedad creciera, las ganas de corear canciones y la sed de dejarnos extasiar por lo que pronto llegaría al escenario era el picante para una oscura y perfecta noche.
A las 9:00pm el icono del black metal melódico llegaría al escenario para entregarnos un recital digno de los mejores, cargado de experiencia y maestría.
Ihsahn, pondría a vibrar el Royal Center con un imponente “Buenas noches Bogotá” seguido de ‘Into the infinity’, ‘Wordless chamber’ y ‘Thus Spake’ la noche entre luces, verdes y azules nos mostraba la grandeza de una banda llena de poder y excelencia; cada riff, cada exposición de instrumentos y los recorridos musicales que se encontraban entre subidas y bajadas de cada melodía nos transportaban en el tiempo.
Con un hermoso recorrido por grandes himnos como ‘With strength I burn’, ‘Curse you all men!’, o ‘Towards the pantheon’ entraríamos a un punto de la noche donde solo nos dejaríamos llevar por la emoción de ser testigos de la excelencia y grandeza del emperador del black metal noruego. Su perfección y majestuosidad musical eran tan potentes que cada nota musical era capaz de llevarnos por un viaje de emociones, donde cada uno de los asistentes solo se dejaba llevar. Por un momento olvidaban donde o con quién estaban y solo se concentraban en dejarse ir por alguno de sus instrumentos favoritos, por esos riffs largos, finos imponentes y tan limpios que nos sumergían en un mundo donde luz, voz, escenario e instrumentos eran un espacio privado y único de cada uno de los asistentes.
‘Inno a satana’ fue una de las canciones que más coreo el público junto a ‘Revelation 666’ de Necrophobic y con el cierre épico de ‘Ye entrancemperium’ Emperor nos recordó porque su huella en el metal es y será imborrable.