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ROCK HYNTIBA XXI: Fontibón se hace más sabia, fuerte y musical

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Redacción: Joel Cruz
Fotografía: Cristian García

Entre los innumerables atributos que le pueden dar identidad a los festivales de rock que la capital colombiana brinda al público en sus distintas zonas más populares, reconocer cómo se ha dado la circulación de la música en sus calles y sitios comunes es sustancial para entender por qué festivales como Rock Hyntiba adquieren un significado más allá de su extensa duración, hoy cercana a las tres décadas.

Los eventos masivos que promueven la cultura local y por supuesto a la música como una manifestación popular de letras mayúsculas, ha obligado durante los últimos años a que sus protagonistas cuenten con un rol mayormente activo, en comparación al que se hallan normalmente acostumbrados, asistentes incluidos. De esta forma, los rockeros ubicados dentro y fuera de Fontibón (la zona bogotana anfitriona) ya esperan un cierto nivel de experticia tanto de los artistas que le dan vida al evento como a la buena reunión de todas las oportunidades logísticas y técnicas ideales en cada una de sus presentaciones.

ROCK HYNTIBA XXI, fotografía: Cristian García

La imperfección (sería injusto desconocerlo) es un fenómeno que no discrimina la naturaleza que un evento de este perfil tenga; tampoco a su público o incluso a la filosofía que en concreto desee promover. Las dificultades anexas a la lluvia y a los cortes de energía eléctrica, para ilustrarlo, pudieron entorpecer por momentos su curso normal, realizado el pasado sábado 11 de mayo. Por otra parte, las circunstancias alrededor de la celebración eran muchas; entonces la paciencia  y la buena actitud en general hicieron lo suyo…¿Y por qué no? Gran parte de los que estuvimos agrupados bajo el clima lluvioso en el Parque Fundacional de Fontibón hemos usado al rock como un motor para simbolizar todo lo que nos apasiona en la vida. Por lo mismo, ser optimista pese a los infortunios es lo más rockstar que hay.

ROCK HYNTIBA XXI, fotografía: Cristian García
ROCK HYNTIBA XXI, fotografía: Cristian García

Romper el silencio de un show que comienza jamás será «pan comido». Pero el mediodía llegó con las nubes grises y el viento trajo al folk de Eroica Eterna. En el escenario, su conexión con los asistentes no fue difícil. Su entrega y el sumo cuidado que dan a cada detalle de su acto es prueba suficiente de que la exploración es ley al interior de sus composiciones . Con el cambio de banda, el color blanco en las prendas de Omega Weapon desató un thrash metal siempre bienvenido en el ambiente de la localidad nueve. Limpio, pero implacable; más centrado en las ejecuciones desafiantes que en las vanidades nostálgicas del «tupa tupa». Buen pretexto para deleitar al público de fuertes exigencias.

ROCK HYNTIBA XXI, fotografía: Cristian García

Se puede decir que el heavy de El Dorado brilló especialmente por ciertos motivos: soportar formidablemente los contratiempos de un acto con cortes eléctricos. Haber preparado una de los recitales más sobresalientes de la tarde, sin duda el mejor orientado hacia la población en condiciones de discapacidad. El último, pero no el menos importante: haber dejado un nivel técnico bastante alto. En una interpretación más directa, un nivel superior a lo que ellos mismos han hecho en el pasado. Cuando el adversario eres tú mismo, vences tus miedos y cantas victoria en una tarima que te ha ayudado a crecer… ¡Así mismo!

ROCK HYNTIBA XXI, fotografía: Cristian García

Por parte de Loathsome Faith,la gente apreció con bastante gusto, así lo demostraron al pasar con óptima aprobación general las audiciones de Rock Hyntiba XXI como grupo en la categoría distrital  y que en su momento cumbre, no decepcionaron a sus fans. Con un set resistente al aguacero, su melodic death metal se caracteriza por estar al tanto del género que les ha dado razón de ser desde el 2007, y en una versión abiertamente contemporánea.

ROCK HYNTIBA XXI, fotografía: Cristian García
ROCK HYNTIBA XXI, fotografía: Cristian García

La Farsa llegaría un rato más tarde para alimentar esa dinámica que usualmente tiene poca presencia en los festivales locales. Su mezcla de tango, gypsy, swing, ska, rock and roll y aire de fiesta le otorgó punto aparte en la jornada de Hyntiba versión 2024. La entrega absoluta al festejo y el performance de sus integrantes se hicieron sentir muy bien. Pasaron los minutos, las canciones: algunos disfrutaron y otros se mantuvieron quietos, reflexivos, pero siempre atentos. No hubo ninguna señal de desaprobación  general, menos aún del público. El respeto al otro no parte de promesas vacías, sino de la actitud tolerante hacia quienes no comparten tus mismos propósitos; sobre todo en la música, llena de experiencias personales infinitas. Todas distintas entre sí.

ROCK HYNTIBA XXI, fotografía: Cristian García
ROCK HYNTIBA XXI, fotografía: Cristian García

El tinte punk llegaría a la atmósfera del barrio gracias a  Konvixión, e inmediatamente después, la cátedra sarcástica y renovada de Narcocracia haría su colorido acto de presencia. El grupo vio buenas  alternativas para hacer mención de su nuevo álbum Triunvirato y no dudó en sacar provecho de ellas. Una propuesta pensada en provocar y darle otra vez un lugar al sonido pesado desde su ángulo ácido, listo para incomodar los paradigmas más conservadores del metal extremo.

ROCK HYNTIBA XXI, fotografía: Cristian García

El cierre del festival (fundamental en nuestra cultura citadina) llegó con Reencarnación, el símbolo estridente del ultrametal hecho en Medellín. Pese su historia, la figura de Victor Raúl Jaramillo (cantante y compositor principal) sigue mostrando de manera entusiasta que el metal y las exploraciones del artista en torno a sus creaciones son amplias, siempre dispuestas a ser expandidas sobre obstáculos impuestos por el tiempo y la lógica. Reencarnación, honrosos de lo que heredan desde  su pasado remontado a la turbulenta sociedad colombiana de los ochenta (agregando a su vitrina una nueva versión de su clásico 888) y las perspectivas inquietas de un álbum al estilo de Kaosmos (editado en el 2022) hacen que su historia metalera esté muy lejos de terminar.

ROCK HYNTIBA XXI, fotografía: Cristian García
ROCK HYNTIBA XXI, fotografía: Cristian García

De esta forma, el Festival Rock Hyntiba XXI dejó nuevamente huella; el notable avance de su relación estrecha con la prensa independiente, la destacable dirección de su infraestructura y el carácter culto de sus asistentes son factores para nada minúsculos y que complementan en justa medida su rol como plataforma de libre expresión cultural. Ya veremos qué sucede para su aniversario número 30.