Por: Joel Cruz
El álbum más reciente de los norteamericanos lleva meses captando la atención del circuito death metal más instintivo, sucio y técnico. Sin duda, el exceso de lanzamientos mes a mes pudo haber contribuido a que hasta ahora algunos lo hayan notado apenas por un par de canciones; pero lo cierto, es que sus casi 53 minutos de duración no deja duda alguna sobre la brutalidad que la agrupación siempre deja grabada en sus producciones, aparte de una línea temática infaltable en su discografía, lo que da a Terrasite el octavo lugar en su catálogo, desde el punto de vista cronológico.
El título tiene un significado y asocia al ser humano como destructor de su planeta. El hecho de que nuestra especie esté tan emparentada con una plaga no es para nada nuevo, en realidad. Por suerte, el arte siempre halla maneras casi infinitas de traer sobre la mesa mensajes carentes de pudor, pero inherentes a una verdad imposible de esconder. De esta manera, el antropoceno es la era geológica donde el hombre es el villano cancerígeno del cuento; el ente maligno que amenaza la salubridad del clima y la biodiversidad. Si el discurso viaja desde la metáfora del gore, está hecho en definitiva para herir sensibilidades y estómagos.
La primera tarea sobre el álbum, fue analizar si este era básicamente una secuela de su antecesor Death Atlas, ya que la estructura musical y el contenido lírico de Cattle Decapitation es radical, sin chance de negociaciones. Por supuesto, haciendo lo necesario para concentrarme y captar la intención de la banda en su entrega para el 2023, Terrasite es esencialmente más veloz y caótico, haciendo un paréntesis en el bajo de Oliver Pinart y los riffs técnicos en la guitarra de Josh Elmore.
En la voz, el odio puro de Travis Ryan es más que evidente, algo que ya es un ritual en los trabajos anteriores, pero más pronunciado en esta ocasión.
Los «parásitos de la Tierra» son la involución del humano, una distopía bien ilustrada. Desde su paraje decadente, el grupo se vale de momentos épicos para darle un sabor áspero a su narración,por lo que cada tema ocupa su debido puesto y este orden no parece ubicado al azar, para nada. La percusión de David McGraw es muy precisa, y lidera la ejecución uniformemente. Desde mayo del año pasado, el larga duración salió en vinilo para Estados Unidos y en CD para los demás lugares de este condenado mundo, a través de Napalm Records.
Cattle Decapitation repetirá visita para territorio azteca en el México Metal Fest, el 16 de noviembre y también su gira los llevará al Colombia Metal Festival, el ocho de ese mismo mes. Años atrás, el grupo hizo parte del cartel de Rock al Parque 2018, donde sus asistentes ya tienen una idea de lo que les espera para su regreso a Bogotá, haciendo gala de una obra maestra, imprescindible en su recorrido.
