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‘VIOLINES, LUCES & SOMBRAS’: El metal de Medellín desde una lupa soñadora y realista

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Por: Joel Cruz

En ese difícil matrimonio que el rock en Colombia lleva con la literatura, un nuevo libro se atreve a contar el nexo del metal extremo con la difícil realidad del país, la cual ahora se encuentra en la crisis de su mediana edad. Para tristeza de quienes hemos cruzado por su caudalosa y ennegrecida corriente, podemos decir que hemos heredado los vaivenes de una sociedad decididamente violenta, santurrona y proclive a la intolerancia. Con todo, se aprenda o no de lo vivido, ninguna piel desconoce la raíz de sus cicatrices; es ahí donde el arte y la perseverancia han sabido unir esfuerzos. Muchos de estos, creando una alternativa donde la existencia personal sea opuesta a los ideales de mafia que tanto nos han estereotipado en la prensa y también, cuando pisamos suelos foráneos (se acordaron del programa Alerta aeropuerto, ¿cierto?).

Tras un largo ejercicio de introspección a través de la palabra escrita, el músico David Rivera dio a conocer su autobiografía Violines, Luces & Sombras/ 30 años de Tenebrarum, obra que relata su camino artístico, pero desde una cosmogonía tan cruda como la de Medellín al final de los años ochenta, lugar y momento equivocados para ser joven y con aspiraciones decentes.

Conversatorio, fotografía: Zulma Palacios

El texto conecta de manera lógica la carrera de su autor con los ambientes cultos y los sonidos estridentes subterráneos (sin internet, sin plataformas, sin monerías ridículas en TikTok) pero cuyo origen pasó por horas y horas de hojas en blanco— con su bloqueo creativo en primera fila— mientras las líneas de su historia tomaban el ritmo correcto.

Esta es la razón por la que Rivera realizó en sus palabras «arqueología metalera», un esmerado trabajo de campo que terminó reuniendo testimonios de personajes trascendentales en su evolución, como violinista que se atrevió a implementar su instrumento en el metal,cuando a muy pocos en el mundo se les ocurría dicho experimento y los sellos especializados en este estilo todavía eran pequeños emprendimientos; aún sin imaginar el impacto que la idea tendría globalmente unos años más adelante. El músico formó a la agrupación Tenebrarum durante la época más agresiva del narcotráfico en la capital de Antioquia y su origen está relacionado con muchos de los procesos culturales, sociales y políticos que la sociedad paisa sufrió directamente desde mediados del siglo XX.

La narrativa en este título expande la perspectiva de las expresiones bibliográficas modernas, y desde la óptica captada por sus mismos protagonistas, manejando en favor de un diálogo claro las limitaciones que surgen espontáneamente de quien escribe, aunque la escritura no sea precisamente su oficio primario. En sus primeras 200 páginas (apenas se ha publicado la primera parte), Violines posee una presentación física de hecho atractiva para el melómano, con amplio material fotográfico y digital que soporta su contenido literario.

A días de su lanzamiento oficial, el libro ya ha contado con una interesante aceptación en las ciudades de Bogotá y Medellín, mediante notables apreciaciones periodísticas y por supuesto, del público. Pueden conocer más del trabajo y adquirir su ejemplar en las redes de la banda, identificadas como @TenebrarumOficial. Perfectas incluso ahora, para atestiguar el estreno de su sencillo Holocausto.