Con una trayectoria que desafía el tiempo y los estereotipos, Polikarpa y sus Viciosas ha levantado la voz durante más de 25 años con una propuesta musical combativa, visceral y profundamente política. Esta agrupación, nacida en Bogotá en los años noventa, ha sido pionera en visibilizar, a través del punk, las problemáticas sociales que atraviesan los cuerpos femeninos y disidentes en un país marcado por la desigualdad, la violencia y la resistencia. Su sonido crudo, letras incendiarias y actitud desafiante las han convertido en referentes esenciales del género en Latinoamérica..
Este sábado 21 de junio, a las 5:50 p.m. en el escenario Bio, Polikarpa y sus Viciosas vuelve a Rock al Parque para encender el pogo con una descarga de crítica, fuerza y memoria colectiva. El Instituto Distrital de las Artes – Idartes habló con ellas sobre su historia, el papel del arte en la protesta y lo que significa pisar de nuevo una tarima como esta donde el punk y la rebeldía tienen nombre propio.
El Punk es un estilo de vida, de contracultura, de resistir, una herramienta para visibilizar las luchas políticas y sociales, una manera cruda y directa de intervenir los espacios, un desahogo constante de proponer y luchar por la dignidad.
Abrirse paso en una escena dominada por hombres no fue nada fácil, estuvimos expuestas a muchas cosas desagradables y peligrosas, nos tocó pararnos duro y como se dice ‘frentiar la vuelta”, algo lamentable, pues todos los espacios de las mujeres siempre han estado marcados por la violencia patriarcal. Hemos, a través de la música, transgredido el sistema sexo género, que siempre nos ha ortorgado un lugar específico a las mujeres en la sociedad; en este sentido, irrumpir lo público con el punk, como un espacio netamente masculino, ha sido desafiante. Desafortunadamente los movimientos sociales, las izquierdas, espacios que se dicen libertarios, no están exentos de prácticas patriarcales. Afortunadamente, logramos persistir y abrirnos paso, acompañadas por otras mujeres, pudimos insistir en nuestra propuesta, y sortear todos los obstáculos para seguir adelante como banda, poniendo nuestro grano de arena para que cada vez más mujeres puedan estar participando y haciendo música de una manera más tranquila y equitativa. Romper con lo establecido no es fácil, pero cuando crees en lo que quieres y trabajas duro, terminas encontrando un camino lleno de solidaridad, esta ha sido nuestra constante lucha e historia. Indica la agrupación.
En cuanto la denuncia y el rol de la música en las luchas sociales actuales, el grupo comenta:
Creemos que es una de las herramientas que siempre ha acompañado las luchas, en lo actual logra que más personas sobre todo jóvenes empiecen a ser críticos, a tomar conciencia… a volver menos rígidos los discursos y poder expresarlos desde un lenguaje más incluyente, más entendible, dinámico, y potente. Por ejemplo, si vemos esas luchas sociales reflejadas en el punk, los punk de ahora no son los mismos de hace 30 años aunque algunas de sus luchas sigan intactas, sus dinámicas han cambiado a través de una conciencia colectiva que se da a través de la música y sus espacios autónomos. Se van creando por llamarlo de alguna manera tribus con diferentes corrientes del punk, que tienen intereses distintos como la lucha por condiciones dignas para el ser humano, o por los derechos de los animales, o simplemente por el descontrol y su lucha antisistema. Como diversas arterias que se oxigenan unidas por la música y el sueño de la libertad individual dentro de la colectividad y la solidaridad.
En general el arte a lo largo de la historia ha sido un instrumento de liberación, de transformación social, de mediación de conflictos y de transformar la cultura hacia la paz.
