Por: Orlando Fuchs
Lucifer es una banda sueco alemana que rescata lo mejor del sonido stoner, cada disco es un viaje a la psicodelia y la oscuridad, un doom rock con toda la actitud, un viaje al pasado de la mano de la dupla compuesta en las voces de Johana Sadonis, vocalista de origen alemán con un registro excelente, un ángel en su interpretación de esos himnos cargados de tenebrosidad y pasión y que ama a sus fans en cada canción; en cada riff su presencia es universal, una calidez y sencillez que se complementan a su vez con la oscuridad de sus letras y su angelical voz llena de rudeza y matices retro.
Sadonis es conocida en el metal por haber tocado en The Oath, pero no menos importante, su paso por el Black Metal es poco conocido, aparte de su rockanrollera voz, Johana ha interpretado voces liricas en bandas del Underground como en Cryogenic (Symphonic Black Metal de Alemania) en el álbum Celephais, donde aportó sus voces liricas para las complejas atmósferas de esta gran banda alemana poco conocida, el mismo rol lo cumplió en Vinterkrig (Melodic Black Metal de Suecia) en el álbum Härskare över stjärnorna och mina drömmar. Completa su extensa trayectoria con participaciones en bandas como Ferox, Informer y Dies Ater, pero su incursión más conocida fue con Belphegor, donde hizo de narradora en el álbum Inside the Skull.
Entrando en materia, más que una reseña de Lucifer, es un escrito de cómo dar cátedra en un concierto, Lucifer nos visitó el 10 de octubre de 2024 con el tour llamado A Satanic Path Tour 2024, Gira de soporte de su álbum «Lucifer V». La prueba de sonido estuvo larga pero la espera valió mucho la pena, el quinteto liderado por Sadonis, el baterista Nicke Andersson (leyenda viva de Entombed), los guitarristas Martin Nordin y Linus Björklund, y el bajista Harald Göthblad, salió a escena con una pulcritud del sonido pocas veces vistas en una banda, era como tener el LP y darle play, cuando se encendieron las luces, la presencia casi divina de Sadonis, interpretó cada uno de los temas con entereza y a diferencia de muchos, nunca detuvo su interacción con el público, a los que nos llamaba todo el tiempo, sus ángeles caídos, como un gesto de su amor a quienes amamos su música y su arte, la figura imponente de Sadonis, recorría el escenario con actitud, interactuó con sus compañeros de banda y hasta bromeaban entre ellos en pleno concierto, era ver una hermandad ligada por el Rock, que no descanso de darnos esa sobredosis de buena música.
El concierto abrió con Crucifix (I Burn for You) de su álbum Lucifer IV, dando inicio a un recorrido extenso de su discografía, sin restarle importancia a su placa más reciente; el público estaba extasiado, era un ambiente vintage junto a una oscuridad disfrutable, como si ya el abismo nos hubiera mirado a los ojos y nosotros felices aceptamos su llamado (parafraseando a Nietzche); siguiendo con Ghosts, solo deteniéndose para saludarnos y darnos las gracias, el viaje sonoro continuó con ‘Midnight Phantom’ y ‘A Coffin has no silver Lining’ de su último disco, tema que se convirtió en un himno en esa noche, coreado por todos, entre riffs y mini solos de batería, guitarras y bajo, fueron completando el set, muchos de nosotros estábamos en la disyuntiva de cantar a todo pulmón o entender la grandilocuencia del recital en silencio para no perder nada de detalle, pero temas como ‘Dreamer’ y ‘Wild Hearses’ nos despertaron ese fan pasional rockero, hasta que Johana en un gesto muy bonito dio unas palabras muy emotivas, desde el fondo de su corazón y como un regalo a sus ángeles caídos nos dedicó a todos ‘Fallen Angel’, donde todos estallamos en euforia y en esa descarga nos soltaron el infierno ‘The Dead don´t speak’, ‘At the Mortuary, Slow Dance in the Crypt’ y ‘Bring me his Head’, cada una de ellas llena de esa potencia y oscuridad que los caracteriza, solo pararon para tomar agua, hasta el final donde jamearon todos en un cierre que parecía llegar.
Se retiraron en medio de la oscuridad del Ace of Spades, subieron a su camerino, a reponer fuerzas, fueron unos 15 minutos mal contados, donde aprovechamos a para tomar cerveza y sonreír, fotos entre amigos, cuando bajaron muy sencillos, con sus atuendos negros y elegantes, cada uno se fue a su instrumento, par vistazos a monitores y con esa pulcritud de sonido, arrancó el Encore del concierto y no más con una versión de un clásico de The Beatles, I want you (She´s so heavy) para conectarla con el que considero, a modo personal, que es la mejor canción de ellos.
Maculate Heart, mi parte de fan estalló con toda, seguida de ‘Califonia Son’ y el cierre con la poderosa ‘Reaper on your Heels’, uno de sus clásicos del álbum «Lucifer II», nadie lo podía creer, el recital que acabábamos de presenciar fue toda una cátedra de cómo hacer un show, oscuro, pesado, dinámico y ante todo técnico, buen sonido, interacción con el público muy medida, momentos de crescendo y adagio dentro de la dinámica emocional del evento, muy buena preparación de ensayo y el en vivo, al final,

se quedaron todos a firmar autógrafos y tomarse fotos con nosotros su sencillez y calidad de gentes deberían de ser aprendidas por muchos personajes de la escena local e internacional incluso, porque las bandas están allá por nosotros, sus oyentes, lo mínimo es darles un saludo, pero ellos nos dieron un gran regalo, su arte y su calidez, en un evento que pocas veces se verá por estas latitudes.