Fotografía: Michelle Alejandra
Redacción: Zulma Palacios
Como si hubiéramos estado en una rumba en los 70’s en algún bar de los Estados Unidos, está tripulación de suecos, liderada por Björn Strid, recargo de energía, música y color a los bogotanos el pasado 22 de abril.
La elegancia del piloto, la sutileza y belleza de las azafatas junto a su trago, cada tanto entre canción y canción, la perfección de los teclados, la atmósfera, las luces y la delicadeza de cada uno en el escenario. Llenaron la fiesta del público de luces y rock and roll. Los pasajeros con destino al descontrol, al coro pronunciado, a las selfies, las sonrisas y destellos del AOR en un vuelo nocturno de magia y sofisticación se preparaban para una noche de elegancia y sudor.
El setlist de The Night Flight Orchestra era un pergamino de canciones que no dejaron caer la noche en ningún momento pues cada una era aclamada con más fuerza por el público minuto a minuto. ‘Midnight Flyer’, ‘Sometimes the World Ain’t Enough’, ‘Divinyls’, ‘The Sensation’ o ‘Burn for Me’, fueron la excusa perfecta para una rumba setento ochentera dispuesta hacer mover los cuerpos, a desinhibirse con cada coro, a dejar entrar en cada poro los acordes que del escenario salían mezclados con las luces.
Esta temática noche, cargada de excelencia musical y virtuosismo nos embarcó en un vuelo que pasando por las turbulencias de clima y tráfico bogotano nos permitió llegar a lo más alto del cielo y disfrutar entre la camaradería de los amigos, un trago, sonrisas y muchas fotos, de una banda, que aunque empezó siendo una diversión, algo pasajero, aquella noche nos demostró que aquella diversión es contagiosa y que el público entre coros y peticiones de canciones no puede permitir que algo tan bueno se convierta en “algo pasajero”.
Los teclados desenfrenados que al compás de una batería y una voz electrizante contagiaban al público, dejaban ver la calidad profesional de cada uno de los artistas. ‘The Last of the Independent Romantics’ se centró en el momento clímax de la noche. Entre brindis, aplausos, coros y voces sumadas a las de Björn, sabíamos que la noche estaba llegando a su fin, que muy pronto este vuelo aterrizaría, pero no sin antes dejarnos el recuerdo más hermoso y mejor guardado que el mes de abril nos ha podido obsequiar.
The Night Flight Orchestra, fotografías: Michelle Alejandra
‘White Jeans’, se convirtió en el pretexto que mejor nos podrían entregar a los asistentes para bailar, cantar, extasiarnos de rock and roll y sobre todo para coquetear con la música y dejarnos impregnar poro a poro por lo que este vuelo oscuro nos obsequiaba. Al ritmo de las azafatas, bailábamos sin cesar, entre cánticos y coros compartidos nos quedó muy en claro quiénes son los The Night Flight Orchestra y cuál es su objetivo con su música.
Su objetivo musical, además de entregarnos su trabajo, profesionalismo y virtuosismo en cada canción, es entregarnos momentos de felicidad, de rumba desenfrenada y transportarnos por un vuelo nocturno que quede plasmado en cada una de nuestras mentes por siempre.