Fotografía: Cristian García
Redacción: Zulma Palacios
La fiesta del tatuaje y la música desde hace varios años ha estado liderada por Broken Tatto y no es para menos, siempre se han preocupado por entregarnos calidad en cada una de sus versiones y como es de esperarse cada una siempre ha sido mejor que la otra.
La calidad del Tatto Music Fest siempre ha sido el plato principal, no solo por las bandas sino por la calidad de tatuadores que versión tras versión nos entregan con la opción de conocerlos, acercarnos a ellos y poder ser en algún momento sino en el mismo festival el lienzo de estos monstruos de las agujas y la tinta.
La versión IX ha sido la versión que quizá más sorpresas nos ha entregado; primero volvieron a su casa, complaciendo a su público y volviendo a sus raíces, segundo le apostaron a nuevos géneros y la sacaron del estadio y tercero, se le midieron a influencers de la misma categoría, con personalidades y calidades increíbles, todo propuesto para ser un festival con mucho más nivel del ya propuesto y construido.
Este festival arrancaría cargado de talento nacional, talento muy bien escogido. Pues bandas como Posion The Preacher, Insanic, Hybrid Minds y Worst se dieron a la tarea de calentar los motores de lo que seria el primer día del Tatto. Dejar muy en alto la calidad profesional y musical que hay detrás del talento colombiano levantando un mosh estridente, lleno de fuerza, tierra levantada, patadas y puños que nos decían que esto pintaba mucho mejor de lo que la publicidad o los mismos carteles nos vendían.
La otra cara del escenario era el pabellón de tatuadores, donde cada lienzo era un asombro total; cada piel, cada estilo, cada aguja, cada color eran una incógnita completa, que poco a poco nos llevaba a ver la magia de lo que seria el final de cada trabajo. La gente se tomaba fotos en cada uno de los rincones del pabellón, disfrutaban de todo lo que encontraban entre los emprendimientos que como siempre demostraron calidad e innovación. Sorpresas como el diablo.praddo fueron el deleite de la tarde de sábado pues este brasilero impactante pero sencillo, y carismático nunca le dijo no a nada, bueno solo a una cosa, “A Colombia vine a conocer y a disfrutar de este buen festival, el dolor no es para ahora, no quiero sufrir… terminando con una carcajada” respuesta dada a una corta entrevista para Mochila Wild.
Más adelante saliendo del pabellón de tatuadores tendríamos la oportunidad de disfrutar de Sworn Enemy y Merauder, dándole paso a los esperados Zulu, quienes lograron desaforar el público con su música, con su característica puesta en escena y renovar el mosh que entre pausas y descansos prolongados nos mostraba lo gustosos que estaban los asistentes con los artistas.
Tatto Music Fest, fotografías: Cristian García
Integrity y The Aggrolites fueron los encargados de cerrar el telón, de momento, en Corferias, dentro de un jazz y regué tranquilo que dejaba muy en claro que la apuesta por la diversidad musical en esta ocasión había valido la pena cada segundo.
Tatto Music Fest, fotografías: Cristian García
Pero esto no acabaría aquí, pues la zona de tatuadores poco a poco se preparaba para su premiación y nos iba mostrando dentro de sus categorías la calidad y profesionalismo que había en cada uno de los tatuadores, con jurados de talla mundial que sabían reconocer muy bien el talento que lienzo tras lienzo iban encontrando en el Tatto. Los ganadores se eligieron, los tatuajes se premiaron, pero aquí no terminaba esto señores, porque si el sábado nos había dejado satisfechos musicalmente el domingo nos esperaba una bomba de expresiones musicales y performance increíbles.
Abrir el domingo igualmente con talento, y que talento amigos, nacional era una tarea que se le había dispuesto a bandas muy buenas, con calidad, recorrido y potencia, pues bien, les estoy hablando de: Psicomorbo, Ashes, En Nombre de Baal y Keep The Rage, cada una con su respectivo mosh, con sus guitarras atronadoras, con sus estilos muy bien afinados, con un death, thrash y progresivo de alta calidad que dejaba poco a poco a los asistentes ávidos de más, y no es para menos pues después de que estas bandas dejaran el escenario listo y preparados para la cuota internacional el pabellón de tatuadores se alistaba para lo que sería la premiación final.
Tatto Music Fest, fotografías: Cristian García
Si el día sábado habíamos tenido la oportunidad de disfrutar de diablo.praddo, en esta ocasión el turno seria para Rene ZZ, carismático, guapo, conocedor de este mundo y de la música también, pues bien, encontrarnos con estos contrastes de personajes fue algo muy satisfactorio para aquellos que amamos las transformaciones corporales y sobre todo la música extrema.
Pero el tema de los creadores digitales e influencers, no terminaba aquí pues caminando por los pasillos del pabellón de tatuadores nos encontraríamos a la bloguera, Kboom, una chica que bajo su estilo dark y amabilidad sorprende e impacta por sus vestuarios, uñas y maquillaje tan llamativos. Todos con influencia gótica. Ella era una pasarela completa de lo que seria el cierre de una versión más del Tatto Music Fest.
La tarde iba cayendo y con ella las premiaciones, los tatuajes escogidos que iban pasando a semifinales y por supuesto la adrenalina de la tarima que no se podía ignorar. Caminar por Corferias era caminar por los pasillos del recorrido musical, de la vieja escuela, de los sonidos modernos y agresivos, pero también de los sonidos de culto que traían historia y por supuesto la innovación de este año.
Unearth, seria la banda que estalló al público, que desato el mosh más potente de toda la jornada, que se encargo de dejar en el aire puños, patas, desfogue y admiración por una gran banda de metal core. Unearth seria la encargada de abrirle el espacio a la última sorpresa de las que al comienzo les hable. Mortiis, Suffocation y Dark Funeral serian la apuesta más arriesgada en la que Broken había puesto gran interés y claramente los resultados fueron bastante positivos.
Mortiis, no es para todo el mundo, sin embargo, su rock industrial mezclado con su característico dark ambient, conquistó y atrajo los conocedores más ávidos de este tipo de música quienes disfrutaron de los sonidos de este artista todo el tiempo, y es aquí donde señor lector, la mezcla de sonidos, público y genero marco un antes y un después de lo que ya conocíamos a nivel musical del festival. Pues con la llegada de Suffocation y Dark Funeral la masa se volvió una sola.
Tatto Music Fest, fotografías: Cristian García
Aquí no importaba la edad, el genero o la pinta, aquí lo único que importaba era disfrutar de la diversidad, del cierre, del show, del mosh, del metal, de las nuevas caras, de los nuevos sonidos y sobre todo del buen sabor de volver a la casa, mientras todas estas emociones se desfogaban entre estas dos bandas, adentro en el pabellón de tatuadores, la adrenalina era peor pues el tiempo se acababa, el llamado de los jurados se acercaba a su fin y con este, las premiaciones y la oportunidad de poder ver los artes finalizados era aún más potente.
La final llegó, el escenario se silenció, los tatuajes se premiaron, las cámaras se apagaron y Corferias quedó en silencio. Pero nosotros quedamos con ganas de más, con ganas de una próxima versión con muchas más sorpresas, con mucha más adrenalina, con una versatilidad musical y comercial mucho más amplia y sobre todo con más agujas, con más tinta y más lienzos.