El concierto inició de golpe, ilegalmente, dejando atónitos a los(as) oyentes con un sonido de batería y un bajo que atravesaron las fibras del pecho y emocionaron al público que vio en el escenario a Jorge Ilegal y su banda.
Redacción: Jefferson Díaz
fotografía: Zulma Palacios
El pasado 18 de enero se presentó en el Royal Center de Bogotá una de las Bandas de Rock españolas más importantes de la historia: ILEGALES.
Este grupo que es considerado en la escena rockera colombiana como una banda de gueto, de nicho o de profundos conocedores de rock and roll, aun cuando en España es uno de los grupos más aclamados desde los años ochenta, llegó a Bogotá gracias al trabajo de Ciudad Frecuencia, La Fiesta Rock Festival y Kaos Corporation para impactar al público con sus sonidos festivos, alegres, enérgicos e inconformes con los extremos simplistas o academicistas que pueden invadir la escena musical.
Como era de esperarse, ILEGALES inició su concierto desobedeciendo, yendo contra de la norma e iniciando tarde su concierto programado para las 8:00 de la noche y dejando a la expectativa a un público que ya estaba inquieto a las 10:00 de la noche. El concierto inició de golpe, ilegalmente, dejando atónitos a los(as) oyentes con un sonido de batería y un bajo que atravesaron las fibras del pecho y emocionaron al público que vio en el escenario a Jorge Ilegal y su banda.
ILEGALES presentó su mejor repertorio en el concierto, trayéndonos clásicos como ‘Tiempos nuevos – Tiempos salvajes’, ‘Caramelos Podridos’, ‘Quiero Ser Millonario’, ‘Agotados de Esperar el Fin’, ‘Dextroanfetamina’, entre otros. Éxitos que con nuevos ligeros arreglos en los acordes y melodías mostraron una versión mucho más madura y emocionante de la banda. Evidentemente ILEGALES ha crecido a pesar de ya ser gigante y sigue sorprendiéndonos musicalmente con esas mismas canciones que ya superan los 40 años de existencia.
La ingeniería de sonido del concierto estuvo acorde a la banda. Permitió sentir eso que para Jorge Ilegal es importante en su forma de concebir el rock: que el sonido de la guitarra este rebajado para darle mayor protagonismo al bajo y el bombo de la batería y hacer sentir en el cuerpo esa vibración tan característica de sus canciones mientras las mentes se extasían con la rudeza de sus letras. Un coctel musical para una fiesta que estalló e hizo que las personas asistentes al concierto no soportarán la quietud y se unieran a una masa de mosh bañada con cerveza y sudor juvenil.
El concierto también nos mostró el avance, experimentación e inconformismo musical de ILEGALES, pues a pesar de ser una banda cuya base musical es el rhythm and blues rockanrolero, sigue impresionando con su maestría al combinar el blues con géneros como el punk, el jazz, el pop, el boggie y, en sus álbumes más actuales, la electrónica.
El concierto fue una fiesta en todo su esplendor, que rompió el aburrimiento y cotidianidad de un jueves laboral, y para hacer honor a lo que estaba ocurriendo, Jorge Ilegal cantó una canción que dijo no había tocado hace más de veinte años pero que en Colombia no puede faltar en una fiesta rockera: ‘La Fiesta’. La canción aumentó la energía y desde ese momento el público no hizo más que bailar hasta que el concierto llegó a su fin. Es muy gratificante saber que Bogotá fue el escenario donde ILEGALES aceptó volver a tocar esta canción tras décadas de no hacerlo. Así pues, la Fiesta de ILEGALES mostró que es una banda contemporánea que logra lo que pocas bandas en el mundo logran hacer: unir entre abrazos y mosh a las nuevas generaciones con adultos(as) experimentados(as) que seguramente escucharon a ILEGALES en sus primeros años.
El sonido de ILEGALES en su concierto del pasado 18 de enero nos reafirmó porque es una banda legendaria para el rock ibérico que tras surgir en los bares taciturnos de Asturias ahora recorre el mundo y hace “bailar” hasta a quienes empiezan a conocerlos.
Fue una noche inolvidable que seguramente traerá nuevos fans para la banda y sus canciones sonaran más frecuentemente en la radio colombiana. Estamos seguros de que ILEGALES volverá para llenar estadios y poner a bailar a Bogotá bajo a su ritmo de rock – punk experimental.